Pueden contagiarse en lugares húmedos: baños o vestuarios al estar descalzo, también a través de alicates, y pueden expandirse de una uña infectada a las de los dedos vecinos. Estamos hablando de los hongos que causan la infección micótica, ya sea en las uñas de las manos o de los pies, aunque la micosis en las uñas de los pies suele ser la más frecuente. Para tener una idea correcta de lo que es esta enfermedad, Guía de Transformaciones Estéticas conversó con los especialistas en piel de Centros B&S, que tratan esta patología con un tratamientos a base de rayo Láser.
Los llamados comúnmente hongos, dificultan la movilidad y destreza de las zonas afectadas y dos de cada cinco infectados tienen problemas en el uso del calzado, explican. Las uñas pueden volverse bastante desagradables a la vista de modo que pueden afectar las relaciones sociales y la auto estima. Pueden producir dolor al utilizar el calzado o pueden desarrollarse uñas encarnadas.
Para diagnosticarla, "el ojo clínico es una buena presunción diagnóstica, pero siempre hay que hacer un examen micológico y a veces dos, porque esta patología tiene un 20% de falsos negativos", señalan. Y también sucede a la inversa: los signos clínicos parecen claros, pero a la hora del estudio sólo el 20% de las veces se trata de onicomicosis. Principales signos
Nos explican que es una enfermedad que no tiene síntomas, no duele ni pica pero tiene, marcas signos. Los principales son:
Preventivamente, conviene tener en cuenta estas sugerencias:
En casos de infecciones incipientes o del borde de una o dos uñas, se utilizan lacas especiales con medicación. El tratamiento puede durar un año y muchas veces no da buenos resultados. Existe, también medicación antifugal oral, es el tratamiento más habitual que se ingiere durante 3 a 6 meses. Pueden tener efectos secundarios en el hígado por lo que conviene realizar exámenes para controlar la función hepática durante el tratamiento.
En Centros B&S se emplea el tratamiento con Láser que es una técnica de avanzada, seguro, no produce efectos secundarios y no requiere medicación oral. Su objetivo directo es el hongo y la uña. El láser se aplica a toda la uña y en el lecho ungueal para asegurar que todas las fuentes de infección han sido tratadas. El tratamiento no es doloroso y en ocasiones hay sensación de calor. No hay necesidad de analgésicos ni durante ni después del tratamiento. El procedimiento ha logrado una efectividad mayor al 88% en estudios y después de un año de tratamiento en EE.UU.